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Mr. Spock en Star Trek
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Cuando la realidad alcanza a Star Trek

by Andrés Meza-Escallón

Star Trek es ya sinónimo de ciencia ficción. Este género se ha encargado desde sus orígenes de hacernos reflexionar sobre cómo nos comportaríamos en lugares y situaciones distintas de las reales. Su componente de ficción varía ampliamente entre dos extremos: por un lado, la fantasía se entremezcla con la ciencia tan íntimamente que se dificulta distinguir dónde termina una y empieza la otra, y en el otro extremo está la «ciencia ficción dura».

En el primer caso viene a la mente Star Wars. Su creador George Lucas la ubica en el género de ópera espacial más que en el de la ciencia ficción, aunque a muchos fans realmente no nos importa la diferencia. De hecho, muchos consideramos que sí es ciencia ficción a pesar del lado emo de la Fuerza que transpira Kylo Ren o las explosiones que suenan en el espacio.

En el segundo caso, las premisas son consistentes con la visión de la realidad que actualmente tiene la ciencia. Ejemplos recientes son The Martian (2015), The Expanse (2015) o Gravity (2013), donde lo único que nos falta es la ingeniería necesaria para sacar provecho de la ciencia que soporta el argumento. Y en medio de los dos extremos está el resto de la ciencia ficción que amamos, donde habitan los personajes de Guardians of the Galaxy Vol.2 (2017) y, cómo no, Star Trek.

Por eso no es de extrañar que algunas predicciones hechas por los creadores de Star Trek se hayan hecho realidad. Algunos ejemplos son las tabletas, los computadores con reconocimiento de voz o las puertas de supermercado que se abren automáticamente. Ahora, un equipo internacional de astrónomos han confirmado la existencia de un exoplaneta orbitando la estrella en la que Star Trek sitúa a Vulcano, el lugar de origen de Mr.Spock.

Buscando al planeta Vulcano de Star Trek

Mr.Spock, interpretado en la serie original por Leonard Nimoy y en las nuevas películas por Zachary Quinto, era un mestizo nacido en el planeta Vulcano de madre terrícola y padre vulcaniano. Este planeta ficticio se clasifica junto con la Tierra entre los planetas de la clase M o «Minshara», por su distancia al sol, masa y composición atmosférica favorables para la vida humanoide. Sin embargo, comparado con la Tierra, Vulcano presenta condiciones muy difíciles. Es famoso por sus grandes desiertos, volcanes activos, mayor gravedad y atmósfera más fina que la nuestra. Esto explica que sus habitantes sean más fuertes, resistentes y menos dados a los excesos que los terrícolas. Por su temperamento extremadamente violento, los vulcanianos estuvieron a punto de extinguirse por guerras internas. Afortunadamente, adoptaron prácticas mentales y espirituales alrededor de la meditación que los convirtió en seres lógicos e imperturbables.

El padre vulcano y la madre terrícola de Spock en la superficie del planeta Vulcano

El padre vulcaniano y la madre terrícola de Spock en la superficie del planeta Vulcano

Este planeta gira alrededor de una estrella que en una carta a la revista «Sky and Telescope (1991-07, p.6)» Gene Roddenberry (creador de la serie) identificó como «40 Eridani A«. Es la primera de tres estrellas en ese mismo sistema estelar, por eso la «A».  Es una brillante estrella enana naranja acompañada de una enana roja y otra blanca. Esto significa que los vulcanianos pueden llegan a ver hasta tres soles en su cielo. Los astrónomos de la época que enviaron la carta con Roddenberry también estaban de acuerdo con que esa estrella fuera el sol de Vulcano porque tenía más o menos la misma edad que nuestro Sol (alrededor de cuatro mil millones de años). Esta edad le daba tiempo suficiente para que vida inteligente se hubiera desarrollado cerca. Esto sumado a su campo magnético y tipo de radiación la hacían una candidata creíble para el hogar de Spock. Además está en el vecindario, a solo 16 años luz de la Tierra.

La Realidad

El Dharma Planet Survey es una iniciativa ejecutada en el observatorio de Mount Lemmon, que busca exoplanetas (cuerpos celestes que orbitan alrededor de estrellas distintas a nuestro Sol) en brillantes estrellas enanas de clase FGKM. A diferencia de los astrónomos que con Gene Roddenberry propusieron en 1991 la ubicación real del sol de Vulcano, ahora la ciencia cuenta con técnicas e instrumentos que les permiten analizar no solo las estrellas en sí, sino también a sus exoplanetas. El principio básico es observar una estrella durante mucho tiempo y registrar cuando hay variaciones en su brillo. Si el brillo disminuye a intervalos regulares, la causa probable es la sombra de un exoplaneta que pasa entre la estrella y nosotros. Es similar a cuando la Luna causa un eclipse parcial de Sol aquí en la Tierra.

Observatorio astronómico Mount Lemmon Sky Center en Arizona, Estados Unidos

Observatorio astronómico Mount Lemmon Sky Center en Arizona, Estados Unidos

Así, ponen al candidato a exoplaneta en una lista para estudiarlo más detenidamente y reunir más datos. Tal fue el caso del cuerpo identificado alrededor de la estrella HD 26965. Aparentemente, este cuerpo reúne las condiciones para albergar vida similar a la nuestra. Los requisitos son bastante estrictos:

· La estrella debe ser estable y emitir radiación que no sea muy dañina. Además debe tener edad suficiente para que se haya alcanzado a formar un sistema solar a su alrededor. Estas condiciones ya habían sido verificadas en el estudio de 1991.

· El exoplaneta debe estar en la zona «Ricitos de Oro«, como la niña del cuento de hadas. Significa que debe estar a una distancia de su sol donde no sea tan caliente que el agua se evapore, ni tan frío que el agua se congele. Esto permite océanos de agua líquida que ayuden a formar y mantener una atmósfera.

· Deben haber otros cuerpos grandes en el sistema estelar que con su campo gravitacional «barran» las rocas. Esto disminuye el riesgo de esas rocas caigan en el exoplaneta en forma de meteoritos. Este requisito lo cumplen las estrellas enanas que acompañan a HD 26965, tal y como hacen aquí Júpiter y Saturno.

· El exoplaneta no puede ser muy pequeño (lo sentimos Plutón) ni tan grande que se vuelva un gigante gaseoso. Así, el exoplaneta será rocoso y con un capo magnético suficientemente fuerte para servir de escudo contra la radiación cósmica.

El exoplaneta identificado tiene una masa de poco más de 8 veces la de la Tierra y casi el doble de su tamaño. Su órbita alrededor de su estrella dura 42 días, mucho más rápida que la de la Tierra e incluso la de Mercurio.

¿Vulcano?

El estudio indica que el exoplaneta identificado es muy grande para ser el Vulcano de Star Trek. Sin embargo, hay más candidatos en ese mismo sistema estelar que están en observación. Tal vez algún exoplaneta «por aquí cerquita» no solo encaje en el perfil de Vulcano que hizo Roddenberry en Star Trek, sino que además albergue una civilización. ¿Quién sabe?

¡Gracias por leer!

@ApoloDuvalis

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