Blade Runner 2049 es una película que distrae, pero no lo digo en el sentido de «voy a ir a cine a distraerme un rato», si no que está tan llena de elementos, que aleja la atención de lo que está pasando en ella, de su historia y sí, nos distrae de lo que es realmente importante y es el hecho de que no es una muy buena película.
Quiero explicarme bien. El principal problema de Blade Runner 2049, es llevar sobre sus hombros la carga de ser la secuela de una de esas películas que además de marcar un antes y un después en la historia del cine, re escribieron su género y es por eso que los elementos que funcionaron tan bien en la primera, ahora en la segunda se sienten un poco repetitivos.
Estéticamente ambas son muy parecidas y la verdad es que no se siente en ningún momento que entre ellas hubiesen pasado 30 años. Obvio, el CGI ha cambiado por completo la forma de hacer cine y el grado de espectacularidad que le puede dar a cualquier producción -desde que esté bien hecho- es un factor que distancia a la una de la otra. Pero en los 30 que transcurrieron entre ellas da para que las cosas hubiesen cambiado en algo y no fue así. Se habla de un black-out que dejó a la tierra casi que en la ruina, pero el efecto de ese apagón no se siente por ningún lado. Podría estar ausente de la película y no marcaría ningún cambio. Sí, quizás explique por qué una ciudad como Las Vegas es ahora un desierto, pero eso también podría ser debido al enorme éxodo humano hacia alguna de las 9 colonias espaciales que mencionan en algún momento.
Distraen mucho también las largas escenas. Siempre he sido un amante y en muchos casos defensor de las películas que se toman su tiempo para el desarrollo de la historia, pero aquí el director Denis Villeneuve se tomó todas las libertades posibles para mostrarnos su impecable arte y estética, distrayendo nuestros ojos con lo visual y alejando nuestra atención de la trama de la historia, algo parecido al truco de los magos, quienes fijan nuestra atención en la mano izquierda mientras lo que realmente está sucediendo pasa en su mano derecha. Es bueno que ahora los directores tengan esta autonomía de llevar a a la pantalla su obra tal cual la imaginaron y que al contrario de lo que sucedió con la Blade Runner original, que debió pasar por cuatro versiones distintas (Theatrical Release, International Version, Director’s Cut y The Final Cut), para ser la obra de arte que es considerada hoy en día. Pero en esta película, de 180 minutos de duración, muchas escenas se sienten innecesariamente largas, por un lado porque distraen de la función que tienen de ir avanzando la historia y por el otro, porque en esta época donde los tráilers cuentan demasiado, llegar hasta el punto donde ‘K’ (Ryan Gosling), se encuentra con Deckard (Harrison Ford), se sintió eterno.
Distrae también el villano de la película, en este caso, su villana. De nuevo, el truco distractor del mago nos hizo pensar en uno de los tres cortos previos al lanzamiento, que ese papel lo tomaría Niander Wallace (Jared Leto), pero fue su asistente, Luv (Sylvia Hoeks), quien asume ese rol. Pero en esta relación jefe/secuaz/lacayo, no hay una orden directa por parte de Wallace de «hacer lo que sea necesario» para lograr el objetivo. Ella simplemente utiliza todos sus recursos, económicos y físicos, para obtener resultados y esto contradice la esencia misma de la película. Si un Replicante asesina un humano, se convierte inmediatamente en un objetivo para todos los Blade Runners y la fuerza policial, pero en este caso Luv hace de las suyas sin consecuencia alguna y con pleno conocimiento por parte de la policía de todo lo que hizo. Al final, su motivación pareciera ser que «quiere ser la mejor», dejando a un lado motivaciones mucho más reales para un Replicante, como podría haber sido ganarse el respeto e incluso el amor de su jefe.
Y es precisamente el amor el principal distractor de la película. La relación entre ‘K’ (en este caso Joe) y Joi (Ana de Armas, bellísima), es un idilio romántico que trae a colación las complicadas relaciones sentimentales entre hombre y máquina, pero agregándole el factor Replicante – máquina, por lo que nos crea la pregunta ¿Está mal que un ser que tanto la sociedad como él mismo lo consideran una máquina, pueda enamorarse de otra máquina? Al parecer sí y en su primer conversación con Mariette (Mackenzie Davis), quienes lo hacen, incluso los Replicantes, son considerados como «de esos».
Esta relación pasa incluso por su momento de «quiero ser real para ti», logrando una escena impresionante entre Joe, Joi y Mariette, pero que no trasciende en la historia en lo más mínimo y solo termina cayendo en el cliché de «voy a ponerte un rastreador que hace bip bip bip, pero que tú no vas a escuchar». Sí, una cosa lleva a la otra, la escena en Las Vegas y el encuentro entre Joe y Deckard, pero termina en la introducción de personajes tan interesantes como Freysa (Hiam Abbass), a los que no se les da ningún tipo de desarrollo posterior en la historia. Es este momento donde se cierra toda la historia de la película y se da la gran revelación -que debo aceptar nunca la esperé- pero se sintió un poco forzada y sobre todo, acelerada, luego de haberse tomado más de dos horas para llegar hasta allí.
El amor también es el motivante de Deckard para justificar su aparición en la película y lograr que Harrison Ford interpretara de nuevo su papel. Pero el amor se queda corto en darle fundamento a Blade Runner 2049 y le quita el misticismo que logró la versión original de la película, esa reflexión propia que luego de verla varias veces se descubre como una revelación y es que los Replicantes lo único que querían era que aumentaran su tiempo de duración un poco más para poder disfrutar de la oportunidad única de estar vivos, haciéndonos pensar en si realmente nosotros mismos estamos disfrutando nuestra propia vida y estamos desperdiciando los meses, días, horas e incluso minutos que nos quedan y que todas nuestras experiencias y vivencias mueran justo en el mismo instante en que nosotros también muramos. Esto llega como un rayo a la cabeza al ver la película de 1982 y es lo que le falta a su versión del 2017.
I’ve seen things you people wouldn’t believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched C-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those moments will be lost in time, like tears in rain. Time to die.
Roy Batty (Rutger Hauer) – Blade Runner (1982)
Su estética, está claro que es la mayor distracción de todas. Seguramente Blade Runner 2049 logre varias nominaciones al Oscar por su cinematografía, diseño de vestuario, maquillaje y peinados, música, diseño y producción, entre otras, pero no sé si le alcance una nominación a mejor película, porque queda el sinsabor de no ser una película lo suficientemente profunda y reflexiva como pudo llegar a serlo y que luego de tomarse una eternidad para llegar al tercer acto, decidieron resolver todo, de rapidez, en los últimos minutos.
Sí, Blade Runner 2049 es una obra maestra audiovisual, una película que de nuevo sube los estándares en cuanto a producción cinematográfica y es una muy buena secuela que concluye la historia de la primera. Sin embargo, falla en su misión de ponernos a pensar y reflexionar sobre la vida o nuestra naturaleza como seres humanos.
Ahora, la mayor pregunta que me queda después de ver la película es ¡¿Qué pasó con el perrito de Deckard?!
Nombre: Blade Runner 2049
Género: Misterio, Sci-Fi, Thriller de acción
Director: Denis Villeneuve
Escritores: Hampton Fancher, Michael Green, basada en una historia original de Philip K. Dick.
Protagonistas: Ryan Gosling, Dave Bautista, Robin Wright, Ana de Armas, Sylvia Hoeks, Jared Leto, Mackenzie Davis, Lennie James, Carla Juri.
Calificación : 8/10
¡Gracias por leer!
PS: Algunos análisis con spoilers sobre la película, así que de aquí en adelante, la lectura es bajo su propia responsabilidad.
- Sé que esconder las cosas a simple vista es la mejor manera de ocultarlas, ¿pero debía estar la Dra. Ana Stelline (Carla Juri), hija de Rachael y Deckard, a tan solo una visita de distancia de Niander Wallace? ¿Es tan fácil ir a visitar a la mujer que liderará la batalla por la libertad de los Replicantes que Joe y Deckard llegan a su oficina/burbuja tan fácilmente?
- ¿La causa de su «enfermedad» es por ser hija de una Replicante y un humano? ¿O es simplemente una mentira creada para alejarla de cualquier peligro, pero a la vez mantenerla cerca de la rebelión Replicante?
- ¿Era ‘K’ o Joe el único Replicante que tenía implantado ese recuerdo del caballito escondido y debía estar allí, precisamente en ese momento, para recordarlo? ¿Era ‘K’ una especie de «elegido» para ayudar a reunir a Ana con Deckard? ¿Todos los Replicantes tienen esta memoria implantada y se activa en caso de que estén allí en el orfanato?
- ¿Cómo conocía Joi todos los detalles sobre esta memoria al punto de saber exactamente cómo lucía el caballlito de madera? ¿Replicantes y acompañantes pueden compartir sus memorias por algún tipo de conexión? ¿usan Wi-Fi? ¿Bluetooth?
- La presencia de Gaff (Edward James Olmos) en la película es un excelente fan-service, pero de nuevo, es un elemento distractor que no termina por aportar nada, ni a la historia ni a la investigación que está realizando ‘K’.
- La parte de la cajita metálica escondida en el piano, es lo más cliché de la película.
- A ‘K’ le hacen creer durante casi toda la película que él es ese bebé Replicante y de paso nos lo hacen creer a nosotros, por eso el giro argumental al final es tan importante, pero aún así, desaprovechado, tomado a la ligera y de resolución muy rápida. Sin embargo, es curioso tratar de entender al personaje en esa búsqueda por su propia identidad y ese deseo de sentirse especial, único, diferente. Un Replicante que por haber nacido, en vez de haber sido fabricado, tiene un alma y eso lo hace uno entre millones. Aún así, ese momento de verdad también se desaprovecha y pasa casi que desapercibido en la película.
- Luego de esto, viene la escena con la Joi de la valla publicitaria, un momento sumamente emotivo y con una altísima complejidad, ya que luego de haberla perdido, Joe sabe que para volverla a tener, simplemente le bastaría comprarla de nuevo, pero para él, no sería su misma Joi, ya que son sus experiencias vividas juntos la que la hacen su Joi y no la Joi de alguien más. Siendo técnicos, todo el machine-learning de la relación de ambos se habría perdido y pasar de un «Te Amo» dictado por un algoritmo a un «Te Amo» que pareciera venir del corazón, tomaría mucho tiempo de nuevo.
- El único acto de villano que comete Wallace es presentarle a Deckard una versión de Rachael tal cual como él la conoció (a excepción de sus ojos verdes), pero en esta escena sobra el hecho de que la maten, nada aporta a la historia más que un momento de violencia en la película. Deckard ya está lo suficientemente viejo y ha sufrido tanto, que psicológicamente ver a Rachael de nuevo no le hace el más mínimo daño.
- La escena del nacimiento de la Replicante y su asesinato por parte de Wallace, es más una «prueba de producto» que un acto malvado. Aunque es interesante saber que Eldon Tyrell (Joe Turkel) en la primera película había logrado darle a las Replicantes (al menos a Rachael), un útero capaz de albergar vida. Es posible que esta sea la razón por la que Tyrell la tenía aparte de los demás y era su protegida.
- ¿Las abejas en Las Vegas no requieren de flores para todo este proceso del polen y la fabricación de la miel? ¿Son abejas Replicantes?