Cuando veo una película que involucra viajes espaciales tripulados, siempre me imagino cuáles son los motivantes de todos aquellos personajes que se embarcaron o se embarcarán en esa misión. Son muchas: Passengers, Gravity, The Martian, 2001: Odisea del Espacio, Interestellar, Armageddon, la misma Alien, su precuela Prometheus y la que nos da tema para este post y última entrega de la saga, Alien: Covenant.
Si las han visto y hacen un poco de memoria, en todos los casos, menos en la última, sus protagonistas tenían una razón para estar allí, en la infinita profundidad del espacio exterior, arriesgando sus vidas, desconociendo por completo si su misión va a ser exitosa y en casi todas ellas, rompiendo su lazo como seres humanos con la tierra, con sus familias y dejando todo, absolutamente todo atrás.
Para no hablar de todas ellas, haré énfasis en solo dos de ellas, Prometheus y Covenant, con algunas menciones a las demás películas de Aliens. En la entrega del 2012, con unas simples escenas en la tierra dieron inicio y sentido a toda la película, empezando con la escena de los ingenieros liberando el ADN primigenio que daría origen a toda la vida en la tierra y luego con la explicación de los dos arqueólogos y sus encuentros en las culturas mayas, sumerias, aztecas y demás. En Prometheus sentimos que todos los tripulantes de la nave tienen una razón para estar allí, se han ganado su puesto en la misión y a pesar de que algunos de ellos solo tienen algunos diálogos cortos antes de morir (es una película de Aliens, lo que significa que casi todos mueren), todos sus personajes encajan en la historia y ayudan a construirla.
En Covenant tenemos un inicio soso, plano, con la misma secuencia de robot solitario a cargo de la nave e incapaz de aburrirse porque no está programado para ello, fallo técnico en la nave, mal funcionamiento en el soporte criogénico de la nave, el primer muerto y el comienzo de una historia sin mucho sentido.
El argumento de la tormenta de neutrinos eclipsa por completo el bellísimo diseño de las velas solares de la nave para su recarga de energía (que me recordó a la nave del Conde Dooku en el Episodio II de Star Wars) y algo que me sorprendió bastante, fue que el papel de James Franco (de quien solo sabemos que era el capitán de la nave, que su apellido era Branson y que le gustaba escalar), fuera una aparición fugaz como alguien que se quema vivo y ya.
Aquí comienzan a surgir los diferentes personajes de la película, pero a medida que iban apareciendo en pantalla, eran solo un grupo de personas más y ya. ¿Quiénes son? ¿Qué hacen? ¿Cuál es el motivo por el qué están allí? Y más importante aún ¿se lo merecen? Lastimosamente, esa respuesta nunca me llegó.
Más confundido aún quedé con el giro en la trama que se planteó al quedar atrapados en ese punto del espacio mientras reparaban las velas solares y ver como decidieron cambiar el destino de su viaje al recibir un no muy claro mensaje proveniente de un planeta cercano. Fue aquí cuando recordé un capítulo de Doctor Who con David Tennant en el que un grupo de humanos van a explorar un asteroide que se encuentra anclado a un agujero negro en un extraño fenómeno gravitacional. Estando allí se encuentran literalmente con el diablo encadenado y ante tal situación, el Doctor les pregunta qué hacen allí a lo que responden que su curiosidad los empujó a estar allí y él solo contesta «¡Por eso amo a los humanos!».
Bien, esta misma curiosidad y cambio de planes en la Covenant ante la decisión tomada muy a la ligera por el nuevo capitán al mando (Billy Crudup) y que raya en la intransigencia, tiene dos razones muy simples «no queremos volver a las cámaras de criogenia» y «es que queda más cerquita». No sé qué pensaría el Doctor ante esta situación, pero es muy probable que a él también le parecería una muy mala idea.
La casa en el lago
En Prometheus todos tenían una motivación para viajar en una nave, llegar a un planeta y explorarlo. De todos ellos, quien tenía la razón más egoísta para hacerlo era Meredith Vickers (Charlize Theron), hija de Peter Weyland (fundador de la corporación Weyland Yutani), impulsada por sus daddy issues y su deseo de demostrarle a su padre que era digna de serlo. En Covenant, Daniels (Katherine Waterston) la protagonista y obvia sobreviviente desde el principio, desea descubrir un planeta donde pueda construir una casa junto a un lago, algo que querían hacer junto a su recientemente fallecido esposo (el Capitán Branson), en una idea de vivienda idílica comparada solo con la de Stringfellow Hawke.
Queda claro en un momento que Covenant sucede 10 años después de Prometheus, pero en vez de avanzar como especie, retroceden y pasan de ser un experto grupo de exploradores espaciales, con criterio, equipos y el entrenamiento para hacerlo, a un grupo de «Boy Scouts» jugando a explorar el bosque detrás de la casa de alguno de ellos.
Desde Contacto, pasando por Arrival e incluso en Breaking Bad, cuando sus personajes van a estar en un sitio que no conocen o que represente algún peligro para la salud, usan un Traje Hazmat que los proteje de riesgos Nucleares, Biológicos y Químicos, pero en Covenant se nota a leguas que este sería el primer grupo exploratorio y terraformador en la historia del cine que no cuenta con un xenobiólogo (al menos no uno responsable).
¡Miren, es trigo!
Alien siempre ha cautivado a sus espectadores con el encuentro de lo desconocido, pero esto de hallar trigo gigante en un planeta a algunos años luz de la tierra, daría para que este grupo de gente (si fuera sensata) se replanteara la idea de estar allí y de seguir explorando. Darnos cuenta que en un planeta visiblemente habitable no hay ningún tipo de fauna también debería darles algo en qué pensar y bueno, ver que nuestros compañeros están muriendo a manos de unos extraños seres que brotan de sus pechos, pues esa es razón más que suficiente para saber que algo anda mal.
Pero fue solo hasta que David (Michael Fassbender) hace su entrada en escena, fue que me di cuenta que Alien: Covenant era la película de la gente ingenua.
¿Y dónde quedaron las leyes de Asimov?
En las primeras 4 películas de Aliens (cuyas líneas de tiempo suceden luego de Prometheus y Covenant), la diferencia entre humanos y androides es nula, al punto de que se comportan de una forma tan humana que ya no parecen humanos (se lo dice Ripley (Sigourney Weaver) a Call (Winona Ryder) en Alien: Resurrection). Pero si bien el papel de David es fundamental para el desarrollo de los eventos en Prometheus, en Covenant raya en lo inverosímil, más aún cuando aparece de la nada, disparando luces de bengala para salvar a nuestro grupo de ingenuos y guiándolos a las ruinas de una civilización que al parecer desapareció de un plumazo y se encuentra calcinada en el ágora de un templo, tal cual quedaron los habitantes de Pompeya y Herculano con la erupción del volcán Vesubio. Esto, que fue obra de David al llegar al planeta de los ingenieros, podría tener un loophole en cuanto a las leyes de Asimov, ya que ellos no son humanos, por lo tanto su primera ley de «Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño» no aplicaría, pero desde Prometheus está demostrado que él sabe algo que los demás no y que está programado para llevar cierto tipo de experimentos con los demás miembros de la nave.
¿Pero no tienen los androides hechos por Weyland-Yutani algún protocolo de seguridad? ¿No existe una frase o una secuencia de palabras o números que los ‘resetee’ y los ponga en modo «a prueba de fallos»? ¿Están tan acostumbrados los humanos a su presencia que pueden seguirlos ciegamente a su guarida sin importar si estas son bastante terroríficas, inexplicables y llenas de señales de advertencia sobre el peligro que representa David?
Alien: Covenant es una gran apología a la ingenuidad del ser humano, pero aquí exageraron.
«Adelante capitán, mire tranquilo y acerque su rostro a ese huevo que no se ve para nada peligroso»
En la primer Alien, es la curiosidad humana la que lleva a Kane (John Hurt) a acercarse a un huevo, pero en Covenant es incluso triste que Billy Crudup el mismo actor que interpretó al Dr. Manhattan en la adaptación cinematográfica de Watchmen, caiga en un ardid tan simple e insulso como el de David para crear el primer Xenomorfo tal y como lo hemos conocido siempre, creado por obra y gracia de un Facehugger y saliendo graciosamente por el pecho de su host. Pero si bien algunas personas encontraron sentido en esto luego de ver cómo en Prometheus el líquido negro actúa en el cuerpo cuando es consumido en una bebida y cuando se transmite a través del semen humano (creando el Alien «Trilobite»), aquí no es claro cómo es capaz David de crear esos huevos y mucho menos a los Facehuggers.
Al llegar a este planeta, él mismo termina con la vida de toda la raza de ingenieros y solo dispone del cuerpo de la doctora Elizabeth Shaw (Noomi Rapace), para experimentar con ella. En la mesa de su improvisado laboratorio se ven algunos intentos fallidos de ¿Xenomorfos?, logrados posiblemente con la ya inexistente fauna del planeta, pero esto contradice todas las demás Aliens en la que es una reina quien deposita los huevos y la mentalidad de enjambre de los Xenomorfos los lleva a querer encontrar nuevos hosts para reproducirse. Incluso, el Xenomorfo «Perro» de la tercera entrega de la saga y quien protagonizó la famosa escena del acercamiento cara a cara con Ripley, le perdona la vida porque ella se encuentra «infestada» con una reina. ¿Qué hace David que cambia esto? ¿Cómo podría evolucionar la especie para llegar a los Aliens que encontrarán más adelante en el Nostromo?
Un paso adelante, cinco atrás
Cuando comenté que Alien: Covenant no me había gustado, el interrogante fue si no lo había hecho porque en esta el Alien no mataba a todos y fue precisamente porque eso fue lo que sucedió que la película no logró llamar mi atención. La fórmula de Alien funcionaba bien para las primeras entregas de la saga, pero el cine ha cambiado, la narrativa y la forma de contar las historias también y los problemas técnicos y las limitaciones en el guión a los que se enfrentaron Ridley Scott en las primeras, ya han sido superadas completamente gracias al CGI. Un Xenomorfo «Calamar» como el de Prometheus fue una evolución en la historia, incluso los dos Xenos «Albinos» (me acabo de enterar que los han llamado Neomorfos) de esta también -exceptuando esto de que los dominas soplándoles la nariz, como a los caballos-, pero no sé si Covenant sea una película hecha para satisfacer al fan-service de antaño y por eso decidieron repetir la fórmula de las anteriores, dejando atrás el punto que habían alcanzado con Prometheus y retrocediendo a lo más básico (y de paso, cliché).
Esposos que se embarcan juntos en una aventura en el espacio, la ya antes mencionada casa en el lago (y que ahora recuerdo era el mismo sueño del Capitán Adama en la nueva versión de Battlestar Galactica), el piloto/vaquero espacial, con sombrero incluido, que salva la situación, el androide traicionero y con propósitos secretos para beneficiar a a la corporación Weyland-Yutani, acción homo-erótica-robótica entre David y Walter en la escena con la flauta (caldo de ojo para las damas), la pareja interracial a la que no le importa que todos sus amigos estén recién muertos y deciden tomar una sexy ducha juntos en la que ambos terminan muertos y finalmente, la pelea final contra el Xenomorfo en la bodega de almacenamiento de la nave, que termina con la expulsión de este al vacío del espacio para así terminar con su vida.
Sigh…
El final tampoco sorprende y más que el cambio entre Walter y David, más de nuevo la ingenuidad de los dos sobrevivientes para no darse cuenta de que había algo mal con él, deja abiertas las posibilidades y plantea un futuro interesante para la saga, en el que espero se tomen un poco más el tiempo para darnos respuestas y no dejarnos con tantos interrogantes ingenuos.
Después de ver Alien: Covenant, solo puedo decir que respecto a lo que pueda pasar con la saga de aquí en adelante, es que es una lástima que hayan desechado el proyecto de una película escrita y dirigida por Neill Blonkamp. ¿Debería hacer Ridley Scott lo mismo que hizo George Lucas con Star Wars?
Nombre: Alien Covenant
Género: Horror, Sci-fi, Thriller de Acción
Director: Ridley Scott
Escritor: Dan O’Bannon, Ronald Shusett
Protagonistas: Michael Fassbender, Katherine Waterston, Billy Crudup, Danny McBride, Demián Bichir, Carmen Ejogo, Jussie Smollett, Callie Hernández, Amy Seimetz, Nathaniel Dean, Alexander England, Benjamin Rigby, Uli Latukefu, Tess Haubrich.
Calificación : 6/10
¡Gracias por leer!